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Enviados de dos en dos

Si nos fijamos en el evangelio que la liturgia nos presenta este domingo XV del Tiempo Ordinario, Mc 6, 7-13, parece difícil entender a Jesús. Veamos:

Jesús envía a los Doce discípulos a predicar. Les encarga algo muy importante y delicado y les da una serie de indicaciones que tienen que cumplir para llevar a cabo esa misión: Les envía de dos en dos (Mc 6, 7)

Les encarga que lleven para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. (Mc 6, 8-10)

Pero no solamente se queda ahí, sino que más adelante les pide que permanezcan en la casa donde entren hasta que se vayan de aquel sitio. Y si en un lugar no les reciben ni les escuchan, al marcharse que se sacudan el polvo de los pies (Mc 6, 10-11).

 

Si nos fijamos con detenimiento vemos que todas tienen algo en común que es que lo fundamental es la transmisión del mensaje, y para ello tienen que estar centrados en esa tarea.

Vamos a analizar más detenidamente cada uno de las instrucciones que Jesús les encomienda:

  1. Primero les pide que, aparte de un bastón, no lleven más para el camino, ni pan, ni alforja, ni dinero; que lleven sandalias, pero no una túnica de repuesto. (Mc 6, 8-10). ¿Qué les quiere transmitir Jesús dándoles estas primeras instrucciones? Que lo central es el mensaje a transmitir por eso, que nada ni nadie les debe detener a la hora de enseñar ese mensaje y que, si para ello es necesario que se desprendan de las cosas materiales, tienen que hacerlo. Que no se aten a nada ni a nadie. Que sólo vayan con lo imprescindible.  Como dice Pagola, a los cristianos nos preocupa mucho que la Iglesia cuente con medios adecuados para cumplir eficazmente su tarea: recursos económicos, poder social, …, Nos parece lo más normal. Sin embargo, cuando Jesús envía a sus discípulos, no piensa en lo que han de llevar consigo, sino en lo que no han de llevar. La intención original de Jesús fue clara. Jesús necesita de gente sencilla, que sepa vivir con pocas cosas. Creyentes capaces de mostrar que la felicidad no está en acumular bienes.
  1. Segundo, “cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta que os marchéis del lugar. Y si en algún lugar no os reciben ni quieren escucharos, salid de allí y sacudíos el polvo de los pies” (Mc 6, 10-11). Jesús está diciendo a los discípulos que para llevar a cabo su misión no tenemos que depender de si nos escuchan o no, no tenemos que depender de si nos reciben o no. Jesús nos envía a predicar, pero eso no significa que vayamos a tener éxito en esa misión, como decía la madre Teresa de Calcuta. “Dios no nos llama a tener éxito, Él nos llama a ser fieles.”